Dice el grupo de Facebook que en España, y tras terminar la carrera, existen tres salidas: “por tierra, mar y aire”. Y no les falta razón, no. Pese a que de las universidades españolas salen hoy en día los jóvenes españoles más preparados de nuestra historia, el modelo económico del país permanece inmóvil e incapaz de absorber esta gran proliferación de jóvenes altamente cualificados. Todos lo sabemos, las oportunidades laborales en España escasean como el agua en un desierto. Y el que tiene la suerte de contar con un empleo, podrá confirmar que las condiciones no son precisamente las mejores.

Para el que piense lo contrario, aquí van unas muestras. Según datos del Ministerio de Empleo, el número total de desempleados en nuestro país alcanzaba en septiembre los 4.705.279.Ojo, un 11,32% más que en el mismo mes de un año antes. Los efectos de la crisis financiera hacen que las previsiones de todo tipo de organismos nacionales e internacionales marquen una irremediable tendencia al alza (¡aún más!) de estos terribles datos. Agárrense, que vienen curvas. El FMI espera que, en 2013, el desempleo en España seguirá aumentando hasta el 25,1% de nuestra población activa. Las previsiones de la OCDE, por citar un ejemplo, son incluso más crudas: hasta el 25,3%. La conclusión que se puede hacer de estos datos es contundente: más de uno de cada cuatro trabajadores estará sin empleo al cerrar el año.

Los principales damnificados de esta situación, cómo no, somos los más jóvenes.Un 52,9% de los ciudadanos de nuestro país de entre 15 y 24 años en busca de trabajo no dispone de empleo actualmente. En toda la Unión Europea, solo Grecia tiene una tasa peor, del 53,8%. Sí, amigos, esa Grecia abocada a la ruina que nos muestran en los telediarios está, en este sentido, al mismo nivel que nuestro país. ¿Chungo, verdad?

Con todos estos datos sobre la mesa, los jóvenes españoles tienen frente a sí apenas dos alternativas. La primera, quedarse en España y aparcar sus sueños de labrarse una carrera como ingeniero, médico, arquitecto, etc., para aceptar trabajos de menor cualificación en otros sectores y poder salir adelante. La pena es que a muchos no le queda más remedio. Y es que, a día de hoy, es más fácil ver a ingenieros ensamblando los ingredientes de un Whopper en un Burger King que materiales en un laboratorio. Y lo que es peor: en muchos casos, lo hacen por un sueldo ínfimo.

La segunda de esas opciones, a la que cada vez recurren más y más jóvenes españoles, es la de agarrar la maleta y salir al extranjero en busca de mayores y mejores oportunidades laborales. Sí hombre, aquello de…

… ¡Vente pa’ Alemania, Pepe! (O allá donde ofrezcan trabajo digno)

Aunque la crisis está azotando a buena parte del mundo desarrollado, no todos los países están sufriendo sus consecuencias de la misma manera ni con idéntica gravedad. De hecho, se empieza a dar en el Viejo Continente lo que algunos califican como “La Europa de las dos velocidades”. Por un lado, el sur, los llamados PIGS, donde se centran los principales problemas económicos; por otro, el norte, encabezado por Alemania, donde se mantiene el tipo aún tras estos cuatro o cinco años de crisis. Si tomamos de nuevo los datos de desempleo juvenil, nos encontramos en este bloque europeo con cifras mucho más alentadoras: en Alemania, el porcentaje se redujo en el mes de junio hasta el 7,9% de la población joven activa, por el 8,8% de Austria y el 9,3% de Holanda.

La situación en España es, como veis, radicalmente opuesta, lo que está propiciando que estemos recobrando poco a poco esa condición de país de emigrantes, más propia de tiempos de tele en blanco y negro. Y es que, por primera vez en las últimas tres décadas, son más los que se van que los que vienen. Según nos indica el Censo de Españoles Residentes Ausentes, el número de ciudadanos españoles que ha decidido irse al extranjero a buscarse un futuro mejor ha aumentado un 21,9% desde 2008 hasta 2011. La gran mayoría son jóvenes altamente cualificados, que marchan sobre todo a Europa y Latinoamérica.

Fuga de cerebros 2.0

Asistimos, por tanto, a una nueva “Fuga de cerebros”. En realidad, esa exportación de talento made in Spain se lleva produciendo siglos. La novedad es que ahora no solo salen artistas de renombre y los mejores profesionales técnicos, sino jóvenes de cualquier cualificación y sector. Y lo hacen en mayores proporciones que nunca. Sus principales destinos en Europa son Reino Unido, Alemania y Suiza. En América, se opta principalmente por Estados Unidos, Ecuador, Venezuela,Chile o Argentina. Además, el fuerte crecimiento económico que se está registrando en China, la proximidad de eventos de la magnitud del Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos en Brasil y la megalomanía constructora de Oriente Medio están atrayendo a cada vez más españoles.

¿Sus objetivos? Por norma general, encontrar mejores oportunidades profesionales y escapar del pesimismo que rodea la situación en España. Pero hay mucho más, y es que, gracias a iniciativas como las becas Erasmus, en nuestro país hoy más que nunca nos estamos dando cuenta de todo lo bueno que nos puede aportar el escapar al extranjero en busca de una oportunidad laboral internacional. Los que se van desmontan enseguida topicazos del tipo  “como en casa, en ningún sitio”, que en Londres llueve los 365 días del año, en el norte de Europa no se puede salir a la calle en invierno por el frío o que en Estados Unidos solo se comen hamburguesas.

Nada más lejos de la realidad. En la mayoría de los casos, el trabajador español que emigra encuentra una oportunidad laboral fascinante para mejorar su nivel de vida, expandir su CV, impulsar su carrera a través de nuevas experiencias, aprender a desenvolverse con un idioma y enriquecer su cultura. Bueno, y hay hasta quien se va a echarse novio/a. Los que escogéis Suecia como destino y neguéis esto, mentís como bellacos.

Mientras en España sigamos sin ver la luz al final del túnel, lo presumible es que esta fuga de talentos siga creciendo. Las previsiones oficiales demuestran que el aumento se producirá, además, de manera exponencial. Según el INE, en el primer semestre de 2012 se fueron de España 40.000 valientes en busca de mejores condiciones laborales en otro país. Eso es más del doble de los que se fueron en el mismo período del año anterior. De aquí al 2020, el Instituto cree que serán nada menos que 50.000 españoles los que vuelen del nido de media cada año.

¿Te animas a ser uno de ellos?