Actualmente vivimos en un mundo totalmente interconectado; tenemos al alcance de nuestra mano recursos de todo tipo, de los cuales, el más poderoso e importante es la información.

En la última década, se han escrito innumerables manuales dogmáticos de recursos humanos, que han igualado al número de escritos acerca del mismo tema en el último siglo. Esto es internet, su universalidad no siempre es un aspecto positivo, especialmente cuando debemos elegir qué herramientas vamos a usar para nuestro CV de todas las que hemos leído.

Es por ello que queremos compartir contigo nuestra filosofía en cuanto a cómo redactar un CV. Se dice que la experiencia es el activo más importante que poseemos, así que, basándonos en ella, hemos elaborado una guía para ayudarte con tu CV de la mejor manera posible.

No existe el modelo universal

No es lo mismo aplicar a una vacante como diseñador creativo, que a una de asistente jurídico. Es tu sector el que va a macar la diferencia sobre el modo en el que debes redactar tu CV. Si tu trabajo pertenece al campo del arte, la comunicación o la publicidad, entonces tu CV debe estar enfocado de una manera más creativa, además de lo que cuentes en las páginas del mismo. Por el contrario, si perteneces al gremio de la ingeniería o del derecho, quizá es mejor que mantengas un estilo más clásico y presentes un CV organizado y esquemático.

 Fotografía ¿Sí o no?

El gran dilema de nuestro tiempo, ¿se debe acompañar la información con una fotografía? La respuesta es, depende. Dependiendo del mercado de trabajo al que te estés postulando, conviene que incluyas o prescindas de añadir una imagen tuya en tu CV. En lugares como Reino Unido o Estados Unidos, los reclutadores tienen mala predisposición hacia los CV con foto, por lo que es mejor que no la incluyas si vas a optar a un puesto en esos países o en empresas extranjeras. En cambio, en España nos encantan las fotografías, ¡siempre y cuando sean adecuadas, por supuesto! Las fotos con cabezas flotantes sobre fondos oscuros, caras de muy pocos amigos o imágenes en las que no se identifique muy bien si tu eres tú o cualquier otra cosa de este mundo, es mejor obviarlas. Una sonrisa sobre un fondo claro, y a los reclutadores españoles nos tienes ganados.

Datos de contacto

Lo mejor es ubicarlos en la parte de arriba de la hoja, independientes del resto de información; nombre y apellidos, teléfono de contacto y dirección de correo son los básicos, y aquí nos detenemos un segundo porque merece la pena insistir en un factor importante que no siempre se tiene en cuenta: la dirección de correo. No estamos diciendo que te vayan a eliminar de un proceso porque tu dirección sea finofilipino@hotmail.com, pero desde luego que es un hándicap que te va a marcar para el resto del proceso, por lo que lo mejor es que te abras una cuenta específica para buscar empleo,” nombre.apellidos” es una fórmula que nunca falla 😉

¿Mentiras? No, gracias

Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, eso es tan típico como cierto. Mentir en tu CV no te interesa ya que en la entrevista personal es muy probable que te pregunten sobre las experiencias que reflejas en él. Si te piden explicaciones sobre algo que no es cierto, es muy probable que se den cuenta, y esa mentira te puede dejar fuera de un proceso para el que podrías ser perfectamente el profesional más cualificado. Las empresas buscan gente en quien confiar y empezar vuestra relación profesional con una mentira puede hacer que dicha relación nunca comience.

Estructura

En este punto creo que hay un consenso casi global entre todos los profesionales de RRHH, la claridad es lo más importante a la hora de valorar bien un curriculum. Si resulta confuso, el reclutador se sentirá confundido a la hora de pensar en ti para el puesto, por lo que es probable que eso se traduzca en un “Rechazado”.

Puedes empezar con un breve encabezado, un par de líneas en las que te describas como profesional y en las que demuestres porque eres el candidato más idóneo para esa posición.

La brevedad y la concisión son tan importantes como la claridad, la extensión más óptima para un CV es, en la medida de lo posible, la que no supera las dos páginas. Si tienes una amplísima experiencia, es mejor que selecciones aquellas experiencias más relevantes para el puesto y las expongas de forma detallada, siempre en orden cronológico inverso. Si por el contrario acabas de comenzar tu andadura en el mundo laboral y no cuentas con mucha experiencia, describe al detalle cualquier actividad de responsabilidad que hayas desempeñado aunque sea en el ámbito educativo.

Por último, un correcto espaciado transforma una hoja de información abrumadora en un buen CV, es la mejor herramienta para lograr la ambicionada claridad en la información y no deberías desaprovecharla. Eso sí, ¡sin abusar!

Extras

En todo CV debe haber un apartado en el que incluyas aquellos cursos, títulos de educación no reglada o cualquier otra información relevante para el puesto que no se enmarque dentro de tu experiencia laboral. En los últimos años este apartado ha ido ganando importancia por la posibilidad que te brinda de construir una puerta a tu marca personal en Redes Sociales. Y es que hoy en día, el cuidado de la Marca Personal es una cualificación más de cara a muchos empleos, y por eso es imprescindible que la incluyas en tu CV. ¡Añade enlaces a todas tus RRSS y deslumbra con tu presencia digital!

Para terminar esta particular receta para el curriculum perfecto, lo más importante… la ortografía. Una falta de ortografía en un CV echa por tierra toda la seriedad que quieres transmitir, ¡así que presta atención al detalle!

Nuestra labor termina aquí, ahora te toca a ti pulirlo para que, una vez que esté listo, vuelvas a la carga y te hagas con el puesto que tanto estás deseando. ¡¡Mucha suerte!!