¿Alguna vez te has planteado cuánta energía consume tu información en la famosa ‘cloud’? ¿Sabrías decir dónde se almacena tu información? ¿Crees que como organización puedes afrontar el problema e introducirlo en tu estrategia de sostenibilidad?
En todo tipo de empresas se comparte información a través de correos electrónicos, plataformas de almacenamiento en la nube… ¿pero sabemos cuánto contaminamos a diario debido a estas acciones? En este artículo te damos las claves para hacer que tu huella digital sea menos contaminante.
¿Consume energía guardar información en la web?
Cada vez que enviamos un email o guardamos un PDF en nuestra carpeta de Drive no solemos plantearnos cómo se guarda realmente. Si has llegado a pensar en ello la confusión puede ser grande: ¿dónde está? ¿En mi ordenador? Sé que no porque no me ocupa memoria. ¿Qué es la nube?
Como podrás imaginar, la nube donde guardamos toda nuestra información
no está flotando en el aire, está contaminando.
¿Y cómo es esto? La ‘cloud’ o ‘nube’ no es un espacio invisible y etéreo, es un servidor que pasa las 24h del día de los 365 días del año enchufado. Imagina un edificio lleno de dispositivos electrónicos encendidos todo el día sin descanso. La energía que los mantiene encendido no es la única que se necesita, también hay que mantener temperaturas muy frías para que no se sobrecalienten. Es decir, nada más que conservar encendido un data center emite grandes cantidades de CO2.
Después de leer esto no te parecerá raro saber que, según WorldCleanUpDay, Internet produce 900 millones de toneladas de CO2 cada año, para que te hagas una idea, es más que un país como Alemania. Además, se estima que genera el 3,7% de las emisiones de gases de efecto invernadero y se prevé que dupliquen para el año 2025, datos que proporciona Mike Hazas en una de sus investigaciones.
Según Gabriela Jiménez Casas, investigadora del Instituto de Ecología, cada email puede generar hasta 50 gramos de carbono, dependiendo de si es sólo texto, o si contiene archivos adjuntos. Lo mismo pasa si solo se envía a una persona o agregamos varios recipientes.
Cómo traducirlo en tu estrategia de sostenibilidad
Los planes de sostenibilidad deben estar totalmente personalizados a cada empresa, ya que cada sector es un mundo. Sin embargo, este tema es crucial en los trabajos de oficina. Además de liberar gramos y gramos de carbono, también puede liberar nuestras bandejas y facilitar nuestro trabajo.
A continuación compartimos contigo algunas ideas para que puedas implementarlas en tu jornada laboral. Seguro que si las compartes con tus compañeros y las formalizas en tu memoria de sostenibilidad, todo el equipo querrá formar parte de este cambio de mentalidad.
- No enviar correos electrónicos innecesarios, por ejemplo con un “vale” u “ok”.
- Eliminar de la cadena de emails a personas que ya no están implicadas. Por ejemplo, si ese correo ha servido para poner en contacto a dos personas, no es necesario que se mantengan en el hilo.
- Borrar todos aquellos mensajes aceptando reuniones, sobre comentarios en documentos… La bandeja de entrada debe tener solo contenido útil.
- Revisar las carpetas con las que trabajas para mantenerlas lo más limpias posible. Esto se traducirá a su vez en un trabajo más eficiente ya que sabrás dónde está todo.
- También se pueden comprimir carpetas para que pesen menos tanto en la nube empresarial como en emails.
Según el movimiento The Big Data Takedown, el 80% de las personas no necesita el 80% de la información que guarda a diario. Simplemente eliminando emails o pensando antes de hacer ‘clic’, podemos contribuir a mantener un planeta sano.
¿Estás listo para crear un plan de sostenibilidad en tu empresa? Uno que incluya los tres criterios ESG: medioambiente, sociedad y buen gobierno. Si te lo estás pensando, contacta con nosotros y te guiaremos en esta nueva aventura.