Las estrategias responsables de las empresas incluyen entre otras cosas el cuidado del medioambiente. A pesar de oír hablar mayoritariamente sobre el reciclaje y la huella de carbono, la protección del planeta abarca más temas, como el cuidado del agua.
Son muchas las empresas que se han comprometido como palanca para el cambio. Sin su colaboración, sería complicado garantizar la consecución de propuestas como los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), el Acuerdo de París o el reciente Fit for 55.
En este artículo hablaremos sobre la huella hídrica y por qué es importante para las organizaciones.
¿Qué problema hay con el agua?
El agua es clave para la supervivencia de las personas y todos los seres vivos del planeta. Además de necesitarla para sobrevivir, también se precisa su uso en la elaboración de cualquier producto o servicio: en la agricultura, la industria textil, la automoción, etc.
- Los últimos estudios de National Geographic indican que solo un 3’5% del agua del mundo es dulce – y un 0’025% potable.
- Según la UNESCO, hay suficiente agua dulce en el planeta para la población mundial, pero no está distribuida equitativamente.
- El cambio climático, causado por la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), está directamente relacionado con la escasez de agua. Se prevé que en 2030, el 47% de los habitantes del planeta vivirán en zonas con estrés hídrico.
- En España, cada ciudadano consume 136 litros de agua al día.
¿Qué es la huella hídrica?
La huella hídrica mide el volumen de agua dulce utilizada para producir los bienes y servicios de consumo. Es decir, aporta información sobre cuánta agua es necesaria para la fabricación de un producto o para la realización de un servicio.
Esta medición no se hace solo sobre el resultado final de la actividad económica, también se tienen en cuenta aspectos como cuánta agua se ha contaminado o cuánta se devuelve al mar. En este sentido, las empresas no son las únicas responsables del uso de agua, también incluimos a los consumidores finales.
¿Cómo nos beneficia el cálculo de la huella hídrica?
Las empresas deben tener amplias miras sobre los aspectos de preservación del medioambiente, no solo la contaminación atmosférica. Al igual que el cálculo de cualquier huella ecológica, no solo trae beneficios medioambientales, también económicos y reputacionales. Damos unos ejemplos:
- Nos ayudará al cumplimiento del ODS 6: agua limpia y saneamiento. La gestión sostenible del agua para tener acceso universal: abastecimiento, tratamiento de aguas residuales, cadenas de suministro, acceso de agua potable…
- También mejoramos la eficiencia en nuestra empresa, detectando puntos críticos y contaminación. Así se lograrán objetivos medioambientales, lo que se traduce en un ahorro en el consumo.
- Aportamos concienciación y conocimiento a proveedores y consumidores. Impulsamos así la imagen de nuestra empresa mientras colaboramos con el medioambiente.
Buenas prácticas para implementar en la oficina
- Elaborar de un plan de sostenibilidad donde se vea reflejado el uso del agua.
- Instalar sistemas de control del caudal de agua en los baños y cocinas, además de grifos temporizados.
- Elegir productos que apuesten por la reutilización del agua, por ejemplo inodoros con lavabo incorporado. Estos utilizan el agua que empleamos para lavarnos las manos en la descarga de la cisterna.
- Optar por un sistema de circulación del agua que en vez de desaprovechar agua fría en la espera de la caliente, la reconduce al calentador sin malgastar una gota.
- Concienciar a los empleados sobre el uso eficiente de este recurso, tanto en la oficina como a nivel personal.
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