El pasado día 23 de septiembre de 2020, se publicó en el BOE el Real Decreto que regula el teletrabajo o trabajo a distancia. Todos sabemos lo que es legal, pero ¿estamos ante un derecho o ante una herramienta para las organizaciones?
La nueva normativa supone, no sólo una herramienta para facilitar la integración y adaptación a las nuevas dinámicas de trabajo, además, es una herramienta de transformación cultural que no se debe desaprovechar y, donde, como organización, debemos poner el foco. Aquella organización que tome esta normativa como una ley más, estará cometiendo un error.
¿Por qué debemos poner el foco sobre este asunto?
El trabajo flexible es una oportunidad de acercarnos a nuestra gente; ahora más que nunca, necesitamos la adaptabilidad en las compañías. Hay que cambiar ciertos aspectos en la forma de trabajar para que, en cuanto a organización, seamos más competitivos.
Sin embargo, ¿por qué genera miedo tanto a la organización como al trabajador?
- Por miedo a decepcionar.
- Por miedo a perder productividad.
- Por miedo a que suponga una pérdida de control.
En este contexto, cabe destacar que la nueva normativa es, en primer lugar, voluntaria y, en segundo lugar, reversible. Esa flexibilidad en el trabajo es algo que se debe acordar de forma voluntaria entre las dos partes, empresa y trabajador y, siempre teniendo en cuenta que se puede revertir.
Hablamos de flexibilidad, pero ¿adaptamos ahora o más tarde?
La realidad es que se tiene que adaptar ahora. Es un asunto importante que ya está afectando en el día a día de muchos trabajadores. De no hacerlo, nuestra cultura se hará menos transparente.
¿Cómo una organización aplica una política de trabajo flexible?
La manera de estructurar y adaptar la política a cada organización es amplia.
- Será fundamental tener un diálogo positivo, basado en un respeto mutuo, que piense no sólo en el bien de la organización, sino también en el trabajador y en el cliente.
- Habrá que medir para saber si la acción que estamos llevando a cabo está teniendo un resultado y en qué medida lo está obteniendo.
- Por último, en base a esa cuantificación, podremos reajustarnos e ir mejorando de forma continua.
No necesitamos a todo el mundo presencial, necesitamos a todo el mundo comprometido con el reto que tiene la organización y, para ello, la comunicación es un aspecto fundamental.
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