En nuestro último café virtual hemos aprendido con Antonio Macías qué es un propósito, cómo lo creamos y cuál es su importancia para la adaptabilidad organizacional y la situación actual. En este post destacamos ideas más importantes de esta sesión.

¿Qué es un propósito? 

Antes de entrar en materia, es importante clarificar qué diferencia hay entre propósito, valores, misión y visón. Son conceptos diferentes que están relacionados entre sí y pueden trabajar en conjunto.

En primer lugar, podríamos definir el propósito como el porqué de nuestra existencia como organización, de qué manera contribuye mi organización a la sociedad. Los valores serían el cómo una organización se comporta; la misión sería el qué hacemos y por último, la visión sería el dónde nos queremos ver como compañía.

Ahora bien, ¿cuál es el valor de un propósito?

Un propósito, nunca debe ser entendido como un slogan, debe ser la base de la cultura y de la estrategia de una organización. Es algo fijo, sólido y que no debe cambiar independientemente de cómo pegue el viento. 

¿Por dónde empiezo? 

Todas las organizaciones, independientemente del sector de actividad, tienen un propósito. El propósito define la cultura, quien eres, es el DNI de la compañía, nuestra razón de ser. Para elaborarlo, el autoconocimiento es clave, debemos plantarnos varias cuestiones, ¿qué problema solucionamos en la sociedad? ¿qué legado queremos dejar en este mundo? 

A partir de ahí, debemos acercarnos a quién estamos haciendo una diferencia, debemos cuestionarnos cómo mi organización decide tener un impacto en su público y, por último, qué queremos como organización que les llegue a nuestras personas, qué queremos devolver a la sociedad como compañía.

¿Qué básicos debe cumplir el propósito?

  • Claridad, debe ser entendible.
  • Genérico, debe poder realizarse en cualquier área de la compañía.
  • Independiente. Como hemos mencionado con anterioridad, el propósito no está ligado a mi área de actividad, debe ser algo que nazca desde las entrañas de mi compañía.

Cabe destacar en este punto, la importancia de involucrar a las personas en la creación de una definición de lo que somos, puesto que nos acerca aún más. 

Una vez creado, debemos aprovechar el poder del propósito, ¿por qué?

  • Nos ayuda a trabajar la cultura de la organización, las experiencias que los empleados viven en su día a día. Si tenemos proyectos o actividades estratégicas que nos hacen vivir el propósito e involucramos a la gente, indirectamente estaremos viviendo el propósito.
  • Nos ayuda a tener una estrategia totalmente alineada. 

Es importante darle continuidad, tener un propósito y dejarlo colgado en una web, sirve de poco. Los resultados serán buenos si se trabaja día a día.

¿Cómo mantenemos un propósito en tiempos de COVID-19? 

El poder del storytelling es fundamental. Debemos ser capaces de contar historias que refuercen y nos hagan vivir ese propósito que tenemos. Además, en la situación que vivimos actualmente, en el que hay dudas hacia dónde va la compañía, es bueno parar, leer el propósito y reflexionar para tomar la decisión que esté alineada con él y para ello, hay que prestar atención a la coherencia.

¿Quieres ver el vídeo completo de lo aprendido en nuestro café virtual ‘El valor estratégico de un propósito para la adaptabilidad de la empresa’? Aquí lo tienes.