Cuando marcamos la gestión de la contribución, las medidas de desempeño dentro de la empresa, debemos tener muy en cuenta varias cuestiones.
- La primera, que toda la plantilla debe estar comprometida y trabajar para conseguirlas.
- La segunda que hay ocasiones en las que estas metas no se alcanzan y tenemos que hacer los análisis pertinentes para saber por qué.
- Y una última, que en base a la información que obtengamos debemos hacer todos los cambios necesarios para cumplir mejor con aquellos parámetros que influyen directamente en el rendimiento de nuestra empresa.
No se trata de una cuestión menor y en gran medida el futuro de nuestra empresa dependerá de nuestra capacidad para afrontar estos retos.
Define tu gestión de la contribución
Lo primero que debes hacer a la hora de medir tus avances es definir los objetivos o medidas de desempeño. Estas serán muy distintas dependiendo del área y el perfil, como ventas o crecimiento en número de seguidores en redes sociales. Pero en todos los casos deben comunicarse a cada empleado/a para que se esmere en alcanzarlas. Y deben resumir lo que se espera de cada uno para tener un buen rendimiento y crecer, marcar la evolución del puesto y tener en cuenta, dentro de las posibilidades, la evolución que al empleado le gustaría alcanzar.
¿Se ha cumplido con los objetivos?
Una vez se han establecido los objetivos es fundamental que se hagan todas las mediciones que permitan establecer si se han alcanzado o no en reuniones periódicas de seguimiento. Esto es vital para la cuenta de resultados de la compañía y también a nivel de organización interna.
¿De qué sirve marcar unos objetivos si luego no comprobamos si se han cumplido o no? ¿Cómo van a motivarse los trabajadores para conseguirlos si son conscientes de que a la dirección no le importan demasiado? A la hora de analizar este tipo de cuestiones, del mismo modo, podemos ver qué errores se han cometido y pulirlos para mejorar nuestros procesos.
Actualiza tus metas
Las medidas de desempeño que se marquen dentro de la empresa deben adaptarse con el paso del tiempo. No tiene ningún sentido que mantengamos los objetivos mientras cambiamos nuestros procesos, tratamos de alcanzar clientes diferentes o si incorporamos perfiles para asaltar mercados distintos. Hay que actualizarlos y mantener, eso sí, los controles para medir su cumplimiento. Pase lo que pase, necesitamos saber en qué medida somos capaces de acercarnos a nuestras metas y qué partes del camino se nos hacen más cuesta arriba.
Activa la formación y compensación necesarias
Debes ser consciente que alcanzar los objetivos corporativos no es fácil. Por tanto, tras las conversaciones de desempeño con el empleado deberás activar los recursos necesarios para completar su formación, la que necesite para lograr sus metas.
También ligado a esto deberás revisar la compensación. Las personas que más aportan desde sus puestos deberán recibir una remuneración mayor que las que no han alcanzado la excelencia.
Todas las piezas relacionadas con la contribución de los empleados tienen que encajar en un puzzle mayor, el sistema de gestión de personas. En Grupo Binternational te ayudamos a montarlo. Contacta con nosotros.