En nuestro última sesión con Silvia Arribas, hemos aprendido que la base para triunfar como negocio responsable es aplicar el sentido común. Estamos en un momento de grandes riesgos, pero también, de grandes oportunidades; ahora más que nunca se necesita que las organizaciones sean resilientes y se adapten a los cambios de manera rápida y eficiente.

Agenda 2030: Lograr el desarrollo sostenible en un mundo
diverso

La Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) son una hoja de ruta que sirve de base para enmarcar y vertebrar nuestra estrategia de sostenibilidad. ¿Por qué? Porque se trata de un diálogo común entre Administración, empresa y sociedad. Además, con la Agenda 2030, las empresas pasan a ser protagonistas en la búsqueda de soluciones a los grandes retos globales.

¿Cómo preparamos un programa?

Una vez sabemos qué puntos tenemos que tocar, es indispensable hacer una evaluación para detectar qué cosas nos faltan para lograr ser un negocio responsable. Para ello, debemos plantearnos:

¿Dónde estoy? Debemos realizar un diagnósticointerno: qué tengo y qué me falta. Además, debemos identificar quiénes son mis Grupos de Interés, así como cuáles son mis valores, compromiso, misión y propósito. Esto es fundamenta, de este diagnóstico surgirá una posible política de Responsabilidad Social Corporativa.

¿Dónde quiero estar? Una vez identificamos lo que quiero ser y lo que realmente soy, se nos plantea el qué me falta para conseguirlo. Debemos ser realistas y pensar con sentido común a la hora de marcar objetivos a corto, medio y largo plazo; esto marcará nuestro plan estratégico, proporcionándonos los pasos a seguir.

¿Cómo lo voy a hacer? Este diagnóstico previo es fundamental para establecer nuestro plan de acción; asignando recursos, involucrando a nuestros Grupos de Interés y estableciendo acciones ambientales, sociales y de buen gobierno, tanto internas como externas.

¿Cómo lo voy a comunicar? Transparencia y acción construyen credibilidad, la inacción y el silencio, la destruyen. Hay que poner en valor las acciones. A raíz de saber qué queremos comunicar, por qué lo queremos comunicar, para qué y a quién, establecemos el plan de comunicación, marcando los hitos, la audiencia y reflexionando sobre qué mensaje quiero que mi
audiencia se quede.

Por último, ¿he conseguido lo esperado? Tener un cuadro de mando e indicadores internos y externos nos ayudarán a saber cuál es nuestro desempeño. Si algo no llegase en tiempo o en forma, será necesario elaborar un Plan de Acciones Corrector. E importante, todo lo que tiene que ver con sostenibilidad, tiene dos dimensiones: interna y externa por lo que es indispensable comunicar coherentemente para evitar cortocircuitos.

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