La desconexión digital marca la diferencia entre un empleado que llega fresco y con la mente abierta a trabajar, y uno que no ha sido capaz de dedicarse tiempo a sí mismo e inicia sesión con la cabeza obstruida.
En “¿Qué es realmente la desconexión digital?” te contamos cómo se refleja este concepto en la Ley Orgánica 3/2018, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales y la Ley 10/2021, de trabajo a distancia. Además de enseñarte estudios que efectivamente demuestran la incapacidad de algunas personas para desconectar fuera de su horario laboral: leyendo mails, respondiendo llamadas, etc. Te recomendamos que empieces a informarte por ahí, para que tengas una idea más clara del contexto legal y cómo se traduce en la realidad del día a día.
Y dirás “Sí, está muy bien que me cuentes la realidad, pero ¿cómo lo aplico en mi día a día? ¿Cómo lo refuerzo en mis empleados?» Esta vez te damos las claves para que tú y tu equipo pongáis en práctica la desconexión digital, desembocando idealmente en un Plan de Desconexión Digital.
Desconexión digital dentro de la cultura empresarial
La desconexión digital debe verse reflejada en todos los empleados de la empresa. Es fácil dejarse llevar por las acciones de los demás con la intención de estar a la altura: por ejemplo haciendo horas extras o respondiendo llamadas fuera de horario. Si bien es cierto que a simple vista puede parecer un mayor esfuerzo por parte del trabajador, finalmente tiene consecuencias como el agotamiento o el burnout que a la larga disminuyen la productividad.
Al introducir este aspecto en la cultura, los empleados sienten una menor “obligación” por mantenerse conectados y alerta, obligación que se han impuesto ellos mismos observando el ambiente. Como es de esperar, los líderes son quienes deben dar ejemplo para establecer el bienestar del resto del equipo. Además les viene muy bien, porque no olvidemos que, según un estudio realizado por Infojobs, “en el caso de los cargos directivos, el 84% afirma atender su correo y su teléfono fuera de la jornada laboral”.
Un Plan de Desconexión Digital en el que existen formaciones y reuniones con los empleados para fomentar el uso responsable de las tecnologías, es un paso que no debe esperar.
Gestión eficiente del tiempo
Sí, sabemos que durante el día surgen tareas o reuniones que no teníamos previstas. Pero para eso sirve esforzarse en tener una buena gestión del tiempo. Resulta más sencillo completar todas las tareas pendientes cuando el día está organizado de principio a fin, o al menos empezando por tener una to do list. Para ello es muy importante:
- Saber priorizar. De todo lo que tengo que hacer, ¿qué es más importante? ¿Puedo hacer esto mañana, o corre prisa?
- Bloquear tiempo para tareas concretas durante el día.
- Ser conscientes de cuánto tiempo dedicas a cada labor. Al principio podemos tender a asignar menos tiempo del que realmente necesitamos a cada proyecto. No te preocupes, todos hemos pasado por las fases de prueba y error, date un respiro y dedica más tiempo si necesitas para que tu trabajo sea excelente. Verás cómo la próxima vez serás capaz de calcular el tiempo mejor.
- Establecer un horario de reuniones con sentido. Vamos al grano, ¿puedo hacer esta reunión en 15 minutos en vez de media hora? ¿En 45 minutos en vez de 1 hora? A lo mejor es imprescindible que un día tengas una reunión de tres horas, pero plantéate y define cuándo tomarás un descanso para despejar la mente.
- Establecer un cronograma claro con proyectos a corto, medio y largo plazo. Lo ideal es no dejar de lado aquellos proyectos a largo plazo que necesitan preparación. Puedes hacerlos poco a poco y no tropezar cuando se acerca esa fecha que solías ver tan lejana.
- Tener una comunicación abierta y fluida con los compañeros de trabajo. Si necesitas ayuda, pídela. Si te sientes abrumado por la carga de trabajo, prioriza y marca límites.
Desconexión de los canales de comunicación fuera de horario
Mantener las vías de comunicación abiertas fuera del horario laboral permite que compañeros que quizás tengan un horario diferente, puedan seguir contactando contigo. El problema es menor cuando hablamos de ordenadores, ya que se suelen apagar al acabar la jornada, pero ¿y los móviles?
La realidad es que muchos trabajadores cuentan con dos teléfonos móviles diferentes para poder desconectar en sus ratos libres. Otros optan por tener un móvil con la tarjeta personal y la empresarial, otros acaban unificando tarjetas… En cualquier caso, uno de los grandes peligros de la desconexión digital es no cerrar sesión o silenciar notificaciones. Lo más recomendable es cerrar estas vías de comunicación excepto en ocasiones extraordinarias. Así evitas leer ese correo que “ya que te ha llegado” por qué no vas a leer.
Este apartado, aunque sea el último, es de los más importantes. Podemos verlo reflejado en la Ley de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales (LOPDGDD) de 2018:
“Los trabajadores y los empleados públicos tendrán derecho a la desconexión digital a fin de garantizar, fuera del tiempo de trabajo legal o convencionalmente establecido, el respeto de su tiempo de descanso, permisos y vacaciones, así como de su intimidad personal y familiar”
La desconexión digital es solo una parte de lo que lleva a tus empleados a sentirse bien y dar su mejor versión. La productividad, el clima, el compromiso, el reforzar los valores… todo va de la mano cuando un empleado se permite a sí mismo tener tiempo para desconectar. Dedicar tiempo a hobbies, hacer deporte y conciliar es sin duda la mejor manera para entrar a trabajar fresco cada mañana. Esto a su vez nos permite tener nuevas perspectivas de situaciones que el día anterior se nos escapaban de las manos y tener una mayor creatividad.
Si quieres apostar por crear una cultura sostenible donde tus empleados estén en el centro de la organización, contacta con nosotros para que midamos el sentimiento interno y planifiquemos acciones.