Pasamos del quiet quitting al quite firing, o lo que es lo mismo, de la renuncia silenciosa al despido silencioso. Pero, ¿es esto algo nuevo? ¿O simplemente le damos nombre ahora? Y te planteo otra pregunta: ¿de verdad es algo beneficioso? ¿O lo podemos catalogar como una mala práctica dentro del mundo de la Gestión de Personas?

Qué es el despido silencioso

Si la renuncia silenciosa consiste en disminuir la implicación en el trabajo hasta el punto de asumir un despido por no encontrarse cómodo, el despido silencioso no va desencaminado.

Aunque existen diferentes grados, y aunque suene duro, el concepto básico es el siguiente: desatender las necesidades de un empleado que acaba finalmente pasando página

¿Por qué decimos que hay diferentes grados? De cierta manera, este tipo de “despidos” no tienen que ser siquiera intencionados. Cuando un empleador ha provocado esta situación puede haber diversos motivos, siendo los más comunes: 

  • No querer que el empleado continúe en el a compañía.
  • O no saber cómo relacionarse con este mismo. Aquí es donde entra en juego la consultoría estratégica, cómo puedo hacer que mis empleados se sientan comprometidos y den su mejor versión.

¿Cómo se puede despedir a alguien sin querer?

Suena raro pero es real. El nivel de compromiso de un empleado no está siempre por las nubes. Como todas las relaciones, la de empleado – empleador tiene que ser bidireccional. Es decir, yo te doy pero tú me das. 

En el contexto laboral está muy asimilado el «todo vale» porque a final del mes recibes un sueldo, pero no todo el mundo tiene esas mismas expectativas. Las cosas no son blancas o negras. 

Cuando un trabajador ve que su líder, o líderes, no prestan atención a su contribución diaria o no dan reconocimiento ya sea verbal o económico, su moral decae poco a poco. Por otro lado, ver cómo apuestan por ti en tu empresa mediante un Plan de Carrera, un Plan de Formación o incluso simplemente escuchando ideas es crucial para la motivación de cualquier persona. 

Y aunque un líder pueda no tener la suficiente formación o esté demasiado ocupado en el día a día, debe asegurarse siempre de que cuida de los suyos.

Debe demostrar que les importa, que la empresa no funcionaría sin ellos.

Algo que se ve en el día a día de la Gestión de Personas es cómo los trabajadores tienen hambre de ser escuchados, de aportar y poder aprender y mejorar, pero no siempre se les permite.

Apostamos por nuestros empleados

Ahora veamos el otro punto de vista, en el que de manera intencionada queremos que alguien no siga en la empresa. Vamos a pararnos y reflexionar un momento: ¿por qué querría que una de mis personas dejase mi empresa? ¿Tiene solución?

Recordando las características de un líder consciente, nos topamos con una muy curiosa:

Es quien se encarga de inspirar y motivar a los empleados para que den su mejor versión

Un líder debe ser capaz de dejar brillar a sus empleados, porque ellos son parte de la identidad de la empresa, de su cultura, son quienes ya tienen el conocimiento extensivo de qué se cuece por allí. 

Si en vez de permitir que un despido silencioso se convierta en una renuncia silenciosa, conseguimos dar una vuelta a la Gestión de Personas de la compañía, habremos hecho algo bien. Porque ese empleado lo más seguro es que no sea el único con la sensación de no ser importante, y no hay trabajador más valioso que uno comprometido

¿Te animas a darle la vuelta a la tortilla? Vamos a conseguir, paso a paso, que ninguno de nuestros empleados se sienta olvidado. Vamos a conseguir que trabajen con pasión, con propósito y con ganas. 

En Grupo Binternational este tema nos toca muy de cerca, porque nuestro propósito es: “Construir organizaciones donde la gente se identifique y se implique en el proyecto, se sienta bien y dé su mejor versión”. Y para ello nos levantamos cada día. Si has detectado el Despido Silencioso en tu empresa, en cualquiera de sus variantes, contacta con nosotros, porque el fallo puede quedar ahí latente.