“Para hacer las cosas bien es necesario: primero, el amor, segundo, la técnica”. Gaudí nos dejaba este aprendizaje hace años, y aunque aplica a cualquier área de nuestras vidas, define muy bien la bella profesión de la Gestión de Personas.
El objetivo de la Gestión de Personas es conseguir la mejor aportación de cada persona a través de lograr su mejor bienestar. Pero, ¿qué pasa cuando decido apostar por mis personas sin arreglar primero lo que no funciona? ¿Cómo puedo conseguir la motivación de mis empleados, si lanzo un mensaje pero viven otra realidad? ¿Cómo conecto diferentes proyectos para conseguir la mejor versión de mis personas?
La Gestión de Personas como un sistema
Cuando una empresa pone todo su empeño y sus recursos en mejorar la situación de sus personas, como todo en la vida, puede salir bien o mal. Lo que está claro es que hay ciertas cosas que solo pueden llegar a funcionar si todos sus elementos están en condiciones óptimas, nada de dejar a medias. Te explico: ¿cómo puede definir una empresa sus valores si los propios líderes no los viven en su día a día? ¿Cómo puedes plantear una estrategia de sostenibilidad si solo tienes en cuenta el medioambiente y no cuidas de tus personas (LEER ¿Qué son los criterios ESG?)?
Generalmente da igual el esfuerzo que dediques a ser líder en tendencias si todavía no estás ahí. Si tu equipo tiene retos reales que les dificultan su día a día, los cambios que vengan serán superficiales.
Cuando miras a una empresa como un sistema, la investigas y la analizas, eres capaz de tomar perspectiva de todos los factores que afectan al buen funcionamiento de la organización.
Alfonso Roig, Business Director de Grupo Binternational, lo ilustra con el siguiente ejemplo: no eches agua a un cubo con agujeros, entiende primero dónde están y arréglalos.
Y aunque en este caso hablemos de gestión de personas, esto aplica en otras áreas como la Transformación Organizacional. La mayoría de los retos en una organización están al final relacionados, y si quieres evolucionar hay cuestiones de cultura, procesos, tecnología… que deben mirarse en conjunto para no dejarlas atrás.
Si no vas con todo, no vayas
Ya no es solo contar con retos preexistentes, cuando quieres que tus personas estén comprometidas y hagan bien sus funciones, es necesario que una serie de factores estén alineados. Cuando te encuentras con proyectos aislados, la inversión en esfuerzo, dinero y recursos, acaba siendo desperdiciada. Ya sea por seguir tendencias o como Gaudí nos cuenta, por amor, sin técnica no cosecharemos los frutos. Y esta técnica comienza por hacer una fotografía sistémica de toda la compañía.
La manera lineal de marcar objetivos sin la visión estratégica tiene muchos riesgos, entre otros acabar haciendo cosas “por hacer” sin ser capaz de notar la diferencia cuando acaba el año. Recuerda, no llenes ese cubo con agujeros, porque derramará.
Un buen ejemplo es participar en un proyecto de identidad, en el que se definen los valores y el propósito.
- De manera sistémica: desde el onboarding de un nuevo empleado, este se va a empapar de la identidad. Lo ve en su sistema de contribución, lo tiene en cuenta en sus decisiones, ve cómo los líderes hablan sobre ello… lo viven día a día, se empapan.
- De manera lineal: después del proyecto la identidad se cae, porque no se refuerza con la gestión de personas, la comunicación interna, el liderazgo y otras variables. Se producen, inevitable y tristemente, incongruencias.
Beneficios del punto de vista sistémico
Lo sistémico reduce o elimina incongruencias.
Lo sistémico evita que inviertas en un programa de una sola área y te frustres porque no dé resultados.
Lo sistémico consigue que las cosas que has hecho, en las que has invertido, no se queden atrás.
¿Por dónde empiezo?
Cuando se hace una evaluación de este tipo, se mira a la organización desde todas las perspectivas. Queremos saber cómo se sienten las personas que conforman la empresa (cómo la identifican, cómo se les trata, etc.) y qué se hace en todas estas áreas (si hay suficiente comunicación, desarrollo, evolución, cuidado, etc.). Siempre observando todo en su conjunto.
Una vez hecho este análisis, es hora de ponerse manos a la obra y plantear y ejecutar soluciones. Te sorprendería la cantidad de información que se puede extraer dedicando el tiempo suficiente, sobre todo al contar con personas externas en las que los empleados saben que pueden confiar. Se podría decir que se convierte en su confesionario.
Una vez el trabajo está hecho, el esfuerzo en mantener los cambios cada vez será más sencillo, estará más interiorizado, pero aun así el mantenimiento es imperante. Hacer check in y tener en cuenta a las personas que se acaban de incorporar será la clave para el triunfo.
Después de todo esto, darás por hecho que las evaluaciones que hacemos en Grupo Binternational siguen el modelo sistémico, y así es. Para nosotros la Gestión de Personas es un sistema y es que no podía ser de otra manera, porque el éxito se encuentra intrínseco en nuestro propio propósito: “Construir organizaciones donde la gente se identifique y se implique en el proyecto, se sienta bien y dé su mejor versión”. Si quieres vivir un cambio real, contacta con nosotros.